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Hallazgo de hornos clandestinos en Jalisco expone centro de exterminio y reclutamiento forzado del CJNG

  • Redacción
  • 11 mar
  • 3 Min. de lectura
  • Autoridades federales cuestionan omisiones en investigaciones previas; sobrevivientes revelan prácticas sistemáticas de violencia


Teuchitlán, Jalisco. — Tres hornos artesanales, restos óseos calcinados y más de 400 pares de zapatos abandonados fueron localizados en el rancho Izaguirre, ubicado en La Estanzuela, durante una inspección realizada el 5 de marzo por el colectivo Guerreros Buscadores de Jalisco.


El sitio, vinculado al Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG), operaba como centro de exterminio y adiestramiento forzado, según testimonios de sobrevivientes y evidencias recolectadas.


Entre los vestigios documentados destacan:

  • Restos humanos: Fragmentos dentales y óseos dispersos entre cenizas, ocultos bajo losas de ladrillo y tierra.

  • Armamento: 96 casquillos de diversos calibres, tres cargadores para fusiles y esposas metálicas.

  • Objetos personales: Ropa, maletas, fotografías y cartas que sugerirían la desaparición de al menos 200 personas.

  • Altar ritual: Imágenes de la Santa Muerte rodeadas de veladoras, elemento recurrente en enclaves delictivos.


El predio, de 50 x 100 metros, ya había sido intervenido en septiembre de 2024 (tras un enfrentamiento que dejó 10 detenidos) y en enero de 2025, cuando se rescató a 36 víctimas de reclutamiento forzado.


Sin embargo, las autoridades estatales no detectaron los hornos en operaciones anteriores. Salvador González de los Santos, fiscal de Jalisco, atribuyó el descuido a la "extensión del terreno", pese a que colectivos civiles lograron ubicar las estructuras en una jornada reciente.


Modus operandi del CJNG: de la captación al exterminioTestimonios recabados por el colectivo y sobrevivientes detallan un sistema de reclutamiento basado en ofertas laborales falsas, difundidas en plataformas como Facebook.


Los captados (principalmente jóvenes de entidades como Coahuila) eran trasladados al rancho, privados de sus pertenencias y sometidos a un proceso de despersonalización: asignación de apodos, entrenamiento físico extremo y castigos letales por fallas en ejercicios.

Según Indira Navarro, líder de Guerreros Buscadores, el sitio funcionaba como "escuelita del terror":


  • Fase 1 ("Kinder"): Adoctrinamiento con prácticas bajo amenaza de muerte, incluyendo simulacros de combate con armas de paintball.

  • Fase 2 ("Escuelita"): Entrenamiento táctico con instructores exmilitares y armas letales. Solo el 15% de los reclutas sobrevivía.

  • Eliminación: Los cuerpos de quienes no superaban las pruebas eran incinerados en hornos rudimentarios construidos por las propias víctimas.


Implicaciones sistémicas y cifras oficiales

Jalisco lidera las estadísticas nacionales de desapariciones forzadas, con el 48% de casos concentrados en cinco entidades, según el Instituto Mexicano de Derechos Humanos y Democracia (IMDH).


La Fiscalía General de la República (FGR) confirmó que el CJNG utiliza al menos cinco escuadrones especializados en reclutamiento forzado dentro del estado, operando con estructuras jerárquicas y métodos de ocultamiento sofisticados.


Alejandro Gertz Manero, fiscal federal, cuestionó la "inverosímil" falta de acción local ante un sitio con actividad delictiva prolongada: "No es creíble que una situación de esa magnitud no fuera detectada. Para judicializar delincuencia organizada, se requiere claridad en los hechos", declaró durante una conferencia matutina.


Respuestas y pendientes

Mientras la FGR analiza asumir el caso, las familias de desaparecidos exigen identificación de los restos mediante pruebas genéticas. Hasta ahora, ningún organismo ha publicado avances forenses.


El rancho Izaguirre no es un hecho aislado: refleja la escalada de violencia asociada a la disputa territorial entre cárteles y la incapacidad institucional para frenar redes de exterminio. Con más de 100,000 desaparecidos registrados en México, este hallazgo reaviva demandas históricas de justicia y transparencia.


Fuentes consultadas: Testimonios de sobrevivientes, declaraciones de la FGE y FGR, informes del IMDH, y cobertura de medios nacionales (Milenio, Infobae, Códice Informativo).

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