Día de las madres: En la sombra de la pobreza y una celebración que esconde hambre, desigualdad y abandono
- Redacción
- hace 4 días
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Este día no es para sobrecargar a las madres con cenas o arreglos florales: es para reconocer la carga invisible que soportan y exigir un respaldo tangible.
En Sonora, las mujeres representan el 42.2 % de la fuerza laboral y sostienen el 34.3 % de los hogares, muchos de ellos en condiciones de pobreza y pobreza extrema. La eliminación en 2024 del programa social que brindaba apoyo a proyectos productivos para mujeres jefas de familia, no fue un simple ajuste presupuestal: fue un certero golpe a madres cabeza de familia que, en un estado donde la carencia alcanza a cientos de miles, se convirtieron en el único sustento de hogares vulnerables.
Reducir el 10 de mayo a un festín de regalos y comidas es ignorar la realidad de mujeres que, tras jornadas laborales extenuantes, llegan a casas sin servicios básicos ni redes de apoyo. La verdadera ofrenda de este día debería ser la creación de microcréditos específicos, talleres productivos y guarderías comunitarias que alivien la doble jornada de quienes sobreviven en pobreza, etc.
Tras la falta de programas sociales de esta índole, miles de madres emprendedoras no ven una luz al final del túnel para sacar adelante a su familia mediante una ruta de emprendimiento; muchas de sus comunidades enfrentan incluso pobreza extrema.
Un informe del IMCO advierte que, de abrirse espacios de financiamiento y capacitación para mujeres, el PIB de Sonora podría crecer un 4.9 %, beneficiando a toda la población.
No basta con aludir a iniciativas federales o internacionales: la gran deuda es local. Ideas como la Academia para Mujeres Emprendedoras (AWE) funcionan, pero no reemplazan la urgencia de esquemas estatales permanentes y accesibles que atiendan la pobreza estructural.
Este 10 de mayo, es un excelente momento para reflexionar sobre algunas acciones que son urgentes:
Reactivar y fortalecer programas locales con enfoque en pobreza y vulnerabilidad.
Otorgar microcréditos a tasas cero para proyectos de madres en pobreza extrema.
Ofrecer talleres técnicos con becas y transporte gratuito.
Establecer redes de cuidado infantil y comedores comunitarios.
Solo así dejaremos de celebrar simbólicamente y comenzaremos a transformar la vida de quienes sostienen hogares en los márgenes.
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